Tus mejillas

 
 

De las muchas dulzuras
con que me aturdes
tus mejillas preciosas
son las más dulces.
¡Ay, tus mejillas!
¡Cuánta dicha me aporta
saberlas mías!

Tus labios, tus ojos
y más encantos
me son y me causan
no sólo pasmo.

Mas ellas, por contra,
miel sin abejas,
me dan y me piden
sólo inocencia,

Tienes grandes los ojos,
tu boca es linda,
pero yo lo que quiero
son tus mejillas.
¡Ay, amor mío,
si una noche las pierdo
estoy perdido!

Me quita pesares
sólo su vista,
y celos me enciende
quien las atisba.

Que huelen a nardo,
saben a gloria;
que son mi embeleso,
mi dulce aurora.

Y por todo, bien mío,
cuando las beso
con mis labios alcanzo
el mismo cielo.
¡Ay. mi tesoro,
para mi siempre sean,
para mí sólo!