Pedirle peras al olmo
es locura rematada...
porque lo sensato es
¡pedírselas a la acacia!

Cuando vendimos el burro
nos vimos tanto dinero
que ¡al fin! pudimos comprarle
un ramal y argados nuevos.

Un calvete se compró
peluquín tan "de rebajas"
que, terco en amortizarlo,
luce calva sobre calva.

La guitarra de mi primo
está floja y se destempla,
pero mi primo es tan sordo
que la toca y no se entera.

Un bruto se cayó a un pozo
y, al no alcanzar el brocal,
arrancó el pozo de cuajo
¡¡y lo puso horizontal!!

Si a media hora de coche
queda Güesca de Barbastro
pongamos dos carreteras
¡y que quede a sólo un cuarto!

Se compró cierto fachenda
unas botas tan "de medros"
que cuando él va a la calle
ya astán las botas volviendo.

Espabilamos tan bien
la parienta, el burro y yo
que yendo de Graus a Seira
"aterrizamos" en Fonz.

Ahogándose en la gorga
pedía un sastre una cuerda
y otro sastre, convecino,
se la tiró ¡¡pero entera!!

El hijo del campanero
tiene madera de sabio
pues a los noventa meses
ya comenzó a decir ajo.

Una guitarra compré
porque me salió barata,
no tiene cuerdas ni mástil,
pero le falta la caja.

Se cayó un tonto en la cuba
y no se fue al otro barrio
porque, de su barba arriba,
se sopló todo el morapio.

Si "un libro ayuda a triunfar"
pronto triunfará mi primo
pues yo sé que hace diez años
guarda en el baúl un libro.

Recién pintadas sus uñas
la Lola pidió unas gambas
y se comió el dedo gordo
porque no se fija en nada.

Cuida, barbudo, en el puente
no te asomes demasiado
que si te vencen las barbas
te verás entre los barbos.

Toca un sordo la guitarra
en un conjunto puntero,
no la templa y pisa a bulto,
pero la rasca a destiempo.