Buen ejercicio la caza
porque la mente despeja,
y más si antes se ha pensado
lo que más tarde se cuenta.

Con su escopeta muy pincho
a cazar se echó mi suegro:
piezas no cobró ninguna,
pero volvió sin tres perros.

Si a cazar con escopeta
mi vecino el bizco sale
no hay conejo que se asuste
ni cristiano que no escape.

Cazador casi de lobos,
siempre con casi seis liebres,
no compres lo que no caces
pues ni el más corto te cree.

No cazar ni un triste grajo
es lo que me importa menos;
lo que quiero es aire y sol,
caminar y ser mi dueño.

Sí que al fin hoy volverás
al menos con una pieza:
esa que tan mal escondes
debajo de la chaqueta.

Si escopetas tienes tres
y tienes también tres perros
no sé cómo los demás
podremos comer conejo.

De caza por monte bajo
me vi frente a un jabalí
que, sin saludar siquiera,
salió huyendo tras de mí.

Cazador buen cazador,
si una tórtola encontraras
vuélvela al nido y a mí
tráeme una rosa blanca.