IV - Años mozos (tirando a rancios)

 
  32
 

A qué esperas, viejo mozo,
a qué esperas, mozo viejo,
tu madre habrá de faltarte
y tú ¡astroso y polvoriento!

  33
 

Si me acepta o no me acepta
dígalo pronto tu padre,
que espero ya veinte años
¡y comienzo a impacientarme!

  34
 

Un formal con casa y tierras,
carro y mulas te pretende,
y hasta con cincuenta años
¡que son los míos dos veces!

  35
 

Por tus pantalones rotos
se te ven los calzoncillos,
¡otro gallo te cantara
si te casaras conmigo!

  36
 

Muchas pretensiones tienes
a tus treinta primaveras;
rebaja pues unas u otras...
que te quedarás soltera.

  37
 

En tu puerta planté un pino
y ya alcanza veinte metros
¡mira tú si te querré
que todavía te espero!

  38
 

"A nivel de" cazadotes
todas entran en la cuenta:
flacas, feas, gordas, bizcas,
tontas, bruscas y hasta viejas.

  39
 

Cuelga en tu puerta un pernil
y buena bota a su lado
y verás como se quedan
los que te pasan de largo.

  40
 

Jovencito que a casar
te aprestas a los cuarenta,
no digas que mejor viuda
después que moza no encuentras.

  41
 

Palomita palomita,
dile al topográfo nuevo
que no confío en cualquiera
y en los carrilanos menos.

  42
 

Juiciosa y diligente
es como la busco yo,
y que sepa más que algébras
cocinar un buen arroz.

  43
 

Esperando que me quieras
me estoy haciendo tan viejo
que temo que te decidas
cuando vuelvas de mi entierro.