XXII - Caña en ristre

 
  298
 

Despierta que se hace tarde,
pescador que estás dormido,
sin peces vas a volver
y aun puedes caerte al río.

  299
 

El cura de nuestro pueblo
de pescas no quiere hablar
que no hay otro cura a mano
para después confesar.

  300
 

Veinte horas llevo aquí
sin pescar ni una madrilla,
si así pasan otras veinte
me vuelvo a casa enseguida.

  301
 

Ni por ir en becicleta,
ni por dormir con sabánas,
ni por ser guardia cevil
cambiaría yo mi caña.

  302
 

Mil picadas ya serían
casi como media pesca
¡pero son de mil mosquitos
que sin piedad se me almuerzan!

  303
 

Un día salí a pescar,
perdí el cinto, perdí el saco,
pero a casa regresé
casi casi con dos barbos.

  304
 

Pescaba yo muy tranquilo
cuando acertaste a pasar,
pasa lejos cuando pesque
porque al agua fui a parar.

  305
 

Bolas mil me habrás colado,
pero no esperes que crea
que en el río de tu pueblo
ya has pescado cien ballenas.

  306
 

Río arriba, río abajo,
anduve ayer con la caña,
por poco pesqué una trucha,
por mucho ¡acabé en el agua!

  307
 

Si padeces del riñón,
si no sufres a tu suegra,
antes de tirarte a un pozo
prueba un rato a ir de pesca.

  308
 

La mitad de la mitad
debe ser lo que has pescado
¡que fui pescador también
cuando tenía tus años!

  309
 

"Cuiden otros del gobierno,
del mundo y sus monarquías"
que yo cuido de mi caña
en un remanso tendida.

  310
 

Siempre fino es el humor
del buen pescador de caña,
piquen mucho piquen poco
pesque poco o pesque nada.

  311
 

Mejor andaría el mundo
si quienes nos lo gobiernan
rugieran bastante menos
y salieran más de pesca.